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🔊 Escucha a Julieta contándote este POST:

Aquí estoy contando mi historia… ¡POR FIN! Ya pensaba que a este paso jamás os contaría que me caso. Y es que el cabezón de mi chico se empeñaba en que nos podíamos casar así, ¡sin pedrusco ni pedida de mano! ¡Qué ingenuo!

Es cierto, pude haber sido yo la que le pidiera matrimonio, pero ¡es que me hacía tanta ilusión una pedida de mano tradicional! Así que os cuento cómo fue todo, por si sois de las mías.

Después de haber parado para coger una hamburguesa, y en un momento super-romántico con la barbilla manchada de ketchup, surgió de casualidad la conversación de la boda. Bueno… vale… digamos que yo la encaminé de manera muy sutil y disimulada diciendo algo así como… «Cariño ¿¿no crees que sería hora de ir casándonos y hacer una FIESTA con los AMIGOS??»*

*Atención chicas… si alguna quiere seguir mi técnica, es muy importante que al decir esta frase subáis el tono en las palabra FIESTA y AMIGOS… así os aseguraréis que la respuesta sea «SI». Al resto de la frase no le harán ni caso, ¡comprobado!

Superado el primer momento y creyéndose él que todo estaba hablado, comenzó mi «acoso y derribo» particular para conseguir la pedida de mano soñada.

Hace unos meses que mi chico y yo decidimos vivir juntos… así que esto jugaba a mi favor. Me pasé las siguientes semanas convertida en una auténtica Jennifer López pero con el culo menos respingón. Todo el día cantando «Y el anillo pa’cuandooooo», en la ducha «Y el anillo pa’cuandooooo», al lavar los platos «Y el anillo pa’cuandooooo». Lo reconozco, fui muy cansina hasta para mi, ¡pero tenía que conseguirlo!¡Quería casarme y empezar a organizar mi boda ya!

A mis vecinos mis dotes vocales tampoco le convencieron mucho, no entiendo el porqué, pero aún así, sin quererlo, fueron mis grandes aliados para conseguir mi misión. Nos (Le) dejaron una nota en el ascensor pidiéndole a mi chico que, por favor, me pidiera matrimonio de una vez… o eso o la pedida de mano me la haría el vecino del segundo con tal de que me callase. Supongo que este fue el empujón que necesitaba, no sé si por vergüenza ajena, pero funcionó.

Así que llegó nuestra gran noche. Un sábado me pidió que me pusiera guapa (anda que tiene un tacto este hombre…. con lo bien que hubiese quedado diciéndome «guapa, ponte algo bonito que salimos a cenar») pero bueno… No se lo tuve en cuenta porque al fin y al cabo quería ser la novia perfecta en una noche de pedida de mano perfecta. Me puse un vestido precioso que hacía meses que no me lo ponía, y que, debe ser de tanto meterme en el papel de Jennifer López, casi no me entraba el culo en él, pero finalmente, metiendo barriga y aguantando respiración hasta ponerme morada lo conseguí. 😀

Nos fuimos a cenar al Restaurante O Lugar, uno de nuestros restaurantes favoritos desde que empezamos a salir. Allí entre langostino y langostino, yo parecía un agente de la CIA intentando detectar movimientos extraños para ver si llevaba la mano al bolsillo o algo… pero nada… allí todo era normal. Así que cansada de la misión espía (y de mantener la respiración para no hacer saltar la cremallera del vestido) decidí levantarme al baño y abandonar mi puesto de vigilancia. A mi vuelta, mientras caminaba colocando mi vestido para conseguir respirar un poco, allí lo veo. Sonriendo, con un ramo de rosas, rodilla hincada en el suelo y anillo en mano. Y yo allí…. con el rimmel corrido, llorando de los nervios y más roja que un guiri en Mallorca, pero feliz, ¡por fin, por fin nos casamos! Ahora sí, me han pedido la mano ¡COMIENZA LA GRAN AVENTURA DE NUESTRA BODA! 

Fdo. Julieta <3 :*

Y si a ti también te pidieron la mano… ¡¡no lo dudes ni un segundo!! Ponte en contacto con nosotros 🙂

 


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