«Esta imagen es el epítome de la felicidad, el amor y la diversión. Ahí los tienes, a ella con su vestido de princesa, y él, más feliz que niño con zapatos nuevos, dándolo todo en la pista de baile. Si es que, cuando te casas, es para comer perdices y tirarte al ruedo del baile sin miedo al ridículo. ¡Que vivan los novios y los pasos de baile improvisados!»