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Alba y Carlos son una pareja dicharachera y alegre que se casó con nosotros en agosto de 2019. Su Boda fue tierna, bonita y divertidísima, y ellos guardan un recuerdo único de su Gran Día. 🥰 Hoy he tenido el placer de hablar con ellos y preguntarles cómo vivieron su Boda y qué es lo que recuerdan con mayor cariño. He de admitir que no he dejado de reírme con sus bromas y sus anécdotas. 🤣 ¿Vienes conmigo a conocerlos?

¿Cómo fue vuestra pedida de mano?

Carlos rompe el hielo con esta frase: No me caso si no voy a Bora Bora .

Alba: Básicamente, no tuvimos una pedida. De hecho, el anillo de pedida me lo compró en la luna de miel.

Carlos: Y fue muy bonito ¡y fue en París! 

Alba: Sí, me lo compró en París, ¡es verdad! Pedida como tal no hubo. En realidad, aquí hubo quien me desafió diciendo que solo se casaba si nos íbamos a Bora Bora de luna de miel, pensando que era un imposible. Así pues, organicé el viaje —bueno, busqué quién me organizara el viaje— a Bora Bora. Y claro, si esa era la única condición para casarnos, pues estaba hecho. 

Carlos: Entonces, me tuve que tragar mis palabras.

Alba: Pues sí, se tuvo que tragar sus palabras y aceptó casarse conmigo. [Se ríen].

¿Con cuánto tiempo de antelación organizasteis vuestra Boda?

Alba: Pues mira, el restaurante lo organizamos justo un año antes, en agosto de 2018. Ya entonces reservamos la fecha. Los fotógrafos, que fuisteis vosotros, los contratamos en octubre de 2018. Y después, lo que es la organización de la Boda (los regalos, los vestidos y todas estas cosas…), en cuatro meses, desde abril hasta agosto. 

Nos casamos en agosto e hice la primera prueba del vestido el 27 de julio, o sea que imagínate si lo hicimos rápido. Por diversas circunstancias lo fuimos posponiendo porque no sabíamos si al final nos podríamos casar por temas de salud de nuestros familiares. 

Y bueno, al final, lo que es el tiempo de organización de la Boda fue poco pero fue bastante fácil.

Con respecto a los proveedores de vuestra Boda, ¿por cuál os costó más decidiros?

Alba y Carlos: Pues costarnos decidirlo, yo creo que no nos costó…

Alba: Yo tenía muy claro el restaurante, tenía muy claros los fotógrafos… Y quizá lo que sí que nos costó un poco más fue encontrar el proveedor de los detallitos para los invitados. Pero no creo que fuese difícil, sino que hay una variedad muy grande de proveedores. De hecho, teníamos claros los artículos que queríamos, yo tenía bastante claro lo de la vela. Y después, lo de la petaca y demás fue surgiendo. Por eso quizás fue en lo que estuvimos así un poco más de tiempo, porque el resto de los proveedores estaban todos clarísimos.

¿Por qué os decidisteis a contratar al equipo de BrunSantervás para vuestra Boda?

Carlos confiesa: Yo ahí no… 

Porque quien lo tenía claro desde el principio era Alba: Nos decidimos a contratar a BrunSantervás porque yo ya había visto en Facebook una Boda de una chica que conocía, que creo que se casó en el año 2009. Y bueno, puedo decir —y ya lo he dicho en alguna ocasión, incluso antes de conocer a mi marido— que «Si algún día me caso, ellos serían mis fotógrafos». 

Pero porque vi esas fotos que puso en su Facebook, y cuando vi su trabajo, me parecieron fotos superdivertidas. Y creo que aún sin conoceros más que por Facebook, tenía claro que encajabais bastante bien en lo que buscaba, en la manera en que yo había pensado vivir ese día. Por eso tuvimos claro que queríamos que fueseis vosotros los que inmortalizaseis el momento.

¿Qué es lo que buscabais en vuestro fotógrafo de Boda?

Alba: Pues yo creo que lo que buscábamos era que el trabajo encajase en cómo somos nosotros: vamos a decir que somos un poco cachondos mentales (pero tú escribes que somos personas divertidas, ¿vale?) [bromea ella]. 

Alba: Bueno, la parte divertida soy yo, él se deja llevar. 

Carlos se defiende: Sí, va a ser eso. 

Y ella rebate: Eres la parte seria, yo soy la parte divertida [se ríen los dos]. Ya no me acuerdo cuál era la pregunta [se vuelven a reír].

Continúa Alba: Pues eso, nos decidimos porque nos parecía que encajaba bastante bien vuestra manera de trabajar con nuestra manera de ser y con nuestra manera de actuar. Buscábamos, sobre todo, algo más allá de las típicas fotos encorsetadas típicas de los años ochenta y noventa. Buscábamos algo divertido, buscábamos algo diferente. Un poco por eso nos decidimos, porque realmente nos había convencido lo que habíamos visto de de los resultados y del trabajo. Además, esto de que «estáis pero no se os ve», como quien dice. Que captáis esos momentos especiales de manera inesperada; o hacéis fotos naturales. 

Alba se dirige a Carlos: Como cuando acercan con la cámara encima y no sabes que te están haciendo la foto [se ríen]. 

Pues eso es un poco por lo que os escogimos.

¿Cuál es el mejor recuerdo que guardáis de vuestra Boda?

Alba le pregunta a Carlos: ¿Cuál fue tu mejor recuerdo de la Boda? 

Carlos: La luna de miel.

Alba, entre risas: ¡No cuenta! 

Carlos: Bueno, pues si no, el convite con toda la gente por allí. Eso es que fue… 

Alba: Yo el mejor recuerdo que tengo de la Boda, fue cuando sacamos las fotos. En la sesión de fotos me lo pase muy guay. Y después, también, el momento del convite. Cuando llegas allí y te sientes como una auténtica estrella de cine sin serlo. Y de repente ves a toda la gente que quieres y que de alguna forma son todos tu familia, ¿no? Unos por sangre y otros porque los escogimos… Pues los ves ahí felices porque tú estás feliz y porque estás viviendo por tu gran día. Entonces, pues sí, esos son quizá los momentos más especiales que recordamos.

¿Cuál fue el momento más especial de vuestra Boda? ¿El baile, el corte de tarta, la ceremonia…?

Carlos: El momento más especial para mí fue la entrada. Yo escojo ese, claramente. 

Alba: Bueno, pues aquí mi querido marido se queda con la entrada al convite. Pues yo tengo varios. Para mí los momentos más especiales fueron: la entrada en la iglesia —bueno, cuando vi a Carlos ahí vestido como un pincel de guapo—, la entrada a la iglesia del brazo de mi padre, la salida de la iglesia —que también me parece un momento superguay— y el baile… Es que jo, me cuesta un montón de escoger los momentos. Pero sí, me pero con esos. 

Carlos: Y, bueno, si cuenta, cuando te ponen el collarcito cuando bajas del avión en Bora Bora. 

Alba: Vale, sigue con la luna de miel. Si ya veis por qué se casó, si la respuesta a la primera pregunta no era mentira. Pero bueno, sí, me quedo con eso. ¡Ah!, y me quedo quedo como un momento especial también lo que es la fiesta. Porque éramos un montón de gente y nos lo pasamos muy bien. Ver a toda tu gente pasándoselo bien, disfrutando y demás, pues te dejan un recuerdo bonito. Y, jo, la satisfacción del deber bien hecho, también, y de haber conseguido una buena organización. 

Carlos bromea: Menos mal que los fotógrafos se fueron a las cuatro de la mañana, porque si llegan a inmortalizar otras cosas… Buah. 

Alba continúa: Si llegan a inmortalizarlo, mi fama de chica seria no sé dónde iba a quedar.

¿Qué consejo le dais a una pareja que se vaya a casar en breves?

Alba le pregunta a Carlos: ¿Qué consejos les damos a las parejas que se van a casar en breves?

Carlos responde: Que no lo hagáis [se ríen los dos].

Alba: No, yo creo que lo importante es disfrutar el día. Pero disfrutar el día independientemente de la hora a la que sea la Boda, disfrutar el día desde el minuto cero. No preocuparse de que las cosas salgan bien, porque el día de la Boda está todo amarrado y si algo se tuerce, ya se pondrá derecho. 

Carlos: De hecho, a nosotros nos pasó: el coche no subía por el monte para arriba.

Alba: Sí, justo, el coche no subía para arriba, nos llovió a cántaros… Y al final todas esas situaciones se convierten en anécdotas. Y lo importante es que disfrutamos un montón del día, lo pasamos bien y más allá del significado que tiene la Boda en sí, es el momento para compartir con toda la gente que queremos. Lo importante es disfrutar el día, porque yo creo que es totalmente irrepetible; quiero decir, yo no me planteo volverme a casar. 

Carlos añade: ¡Yo tampoco! 

Alba: No, pero tú no te lo planteas porque tú no te quieres volver a casar. Yo no me planteo volver a casarme porque espero estar contigo hasta el final de mis días… Pero tú también, ¿no?

Carlos: Por supuesto [se ríen]. 

Alba: ¡Bien! 

Carlos: Y si no, no me voy a casar tampoco más. 

Alba: Pero que aunque haya más Bodas, como la primera no hay ninguna. Aunque todas las Bodas son especiales. Pero yo no creo que aunque me casara cincuenta veces, volviese a sentir otra vez la alegría y la felicidad que sentí ese día. Así que nada, moraleja: disfrutad desde el minuto cero. Las cosas que no salen como os lo habíais planteado se convierten en meros imprevistos y anécdotas para contarle a los nietos. Y ya está, y punto, ¡y a vivirlo!

¿Cómo recordáis el trabajo de BrunSantervás el día de la Boda?

Alba: Bueno, pues yo los recuerdo superprofesionales. Es más, uno de los momentazos de la Boda —que la gente no lo sabe porque fue en la sesión de fotos— fue que de repente vimos a Borja pidiéndole a un chico que estaba allí pescando que si nos prestaba la caña para hacernos unas fotos. [Alba y Carlos se desternillan de risa mientras lo recuerdan]. Y de repente aparece con la caña de pescar en la mano y me dice: «¿Alguna vez sujetaste una de estas?»; dije: «Sí»… 

Carlos: Y ¡pues hala! 

Alba: Pero yo no salía de mi asombro… ¿para qué rayos servía aquella santa caña de pescar? Entonces, yo el recuerdo que guardo en general es que fuisteis terriblemente profesionales.

Carlos: Y originales a más no poder. 

Alba: Empáticos, sobre todo. En todo momento —ya no solo el día de la Boda, sino antes—, superamables, superagradables en el trato. Siempre dispuestos a sugerir, porque lo bueno y lo malo de casarte por primera vez es que muchas veces no tienes ni puñetera idea de por dónde te vienen los tiros. Entonces, cualquier sugerencia siempre se agradece. Y en ese caso, yo traté mayormente con Ana, y después al final con Borja, pero en cualquier caso siempre hubo esa mano dispuesta a echar una mano en lo que estábamos un poco perdidos. Y básicamente eso. 

Carlos confirma: Sí. 

Alba: Serios, formales, ¡nos entregaron el trabajo en un tiempo récord!… Y vamos, ya de la calidad del trabajo, pues ya ni hablar. Yo cada vez que abro el álbum, me emociono. Y cada vez que veo el vídeo, me emociono también. Entonces, cuando logras generar ese sentimiento en alguien que ve el material de su Boda uno, dos, tres, cuatro, cinco o diez años después, pues es que el trabajo está bien hecho.

Carlos: Sí.

Si tuvierais que definir con 5 adjetivos al equipo de BrunSantervás, ¿cuáles serían?

Carlos: Divertidos, originales, enrollados, implicadas a tope y muy profesionales. 

Alba: Y yo voy a añadir una frase, que se lo dije a Ana una de las primeras veces —si no la primera vez— que hablé con ella allá por octubre de 2018… (No me mires así, es cierto. Es algo que tiene mucho sentido, mucho). Y es que los fotógrafos sois los generadores de las únicas acciones que se revalorizan en el tiempo. ¿Y sabes cuáles son? Los recuerdos.

Porque de hecho nos pasa que en las fotos de nuestra Boda hay gente que hoy en día ya no está. Entonces, al recordar que en ese momento sí estuvieron, ese trabajo cobra muchísimo más valor del que tenía cuando lo recibimos y estábamos todos, ¿no? Entonces, eso: sois los generadores de las únicas acciones que se revalorizan con el tiempo.

Alba agrega: Ah, bueno, me olvidaba esto que antes estaba diciendo Carlos: ¿de qué momento te acuerdas tú de la sesión de fotos? Cuenta, cuenta. ¿Qué te dijo Borja?

Carlos: ¡Ay, sí! Que te dijera alguna salvajada, a ver qué cara ponías. 

Alba explica: Todo esto viene de un paseo que hicimos para sacar unas fotos de ensueño corriendo por una playa (que me puse el vestido perdido). Y de repente, cuando nos paramos ahí para darnos un abrazo y el beso del día… no voy a repetir la barbaridad que me soltó al oído, pero hay una secuencia de cuatro fotos que no dejan lugar a dudas: ¡una de las mayores barrabasadas de la historia! Y el momento romántico, que de repente, claro, pues como que se quedó así un poco trastocado. 

Y después, es cierto que en general la gente se quedó supercontenta con la Boda —yo creo que no escuchamos ningún tipo de mala crítica, para nada—, pero una de las cosas más alabadas y de las que mejor se habló fue precisamente de los fotógrafos, porque fueron muy profesionales. Pero que vamos, ¡exitazo total!

¿Qué te ha parecido la pedazo de entrevista de Alba y Carlos? Está claro que la suya fue una Boda divertidísima y se ha convertido en uno de los recuerdos que guardarán con más cariño el resto de sus vidas. 😍 ¡Qué tierna me ha puesto escuchar la complicidad con la que se hablan, ver cómo bromean entre ellos y cómo no pierden la sonrisa ni un momento! 🥺 Por cierto, ¿quieres ver la videollamada que hicimos con Alba visitando su álbum de Boda?

Fdo.: Julieta 💖

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